Mente

por Savitri

(Artículo completo)

alex

aal principio la mente es un pequeño embrión, una semilla en estado potencial. Podríamos decir que en la niñez somos mucho más propensos al espíritu que a la forma. ¡Qué felices y simples somos! A medida que crecemos absorbemos conceptos, ideales y ejemplos que van nutriendo nuestro mecanismo mental. Así hermanamos nuestra realidad con el tiempo, la forma, los conceptos, la comparación y la sociedad. Y casi sin darnos cuenta, la esencia queda de lado, pues ya tenemos una «identidad social» que atender y que forjar. No solo por nosotros, sino también por lo que los demás esperan de nuestra existencia.

He aquí el gran problema, la amnesia respecto de nuestra identidad divina, de aquello que no está condicionado por el tiempo, la forma o el conocimiento. Lo no-manifestado siempre será la eterna raíz de lo manifestado y quien deja de contactar lo esencial, tarde o temprano debe pasar por un periodo de agudo sufrimiento. Digamos que en cierto grado, esto es parte de la vida, pues así nos vemos obligados a retomar el camino de vuelta a casa. La pureza original implica armonizar diferencias, forjar un misterioso equilibrio entre espíritu y materia. El «Camino Medio» es la clave para la armonía y estabilidad interior. Algo ya comenté de esto en mis posts anteriores “El viaje”  y «equilibrio«que les invito a leer.

Es aquí donde la mente juega un papel fundamental, ya que es uno de los medios a través del cual la esencia se expresa en la materia y nos acerca al sentimiento de individualidad. ¡Vaya paradoja! Por un lado nos abre la puerta a la existencia material y por otro lado puede condicionar nuestra visión respecto de esferas mayores.

La mente es un complejo mecanismo que hay que conocer, cuidar y vigilar. ¿Por qué digo esto?  Porque siempre intentará tomar el papel de rey, cuando en realidad su papel es el de ser un leal sirviente. La mente bien utilizada y dominada es una hermosa herramienta de creatividad, sabiduría, expresión y belleza, pero la mente rebelde (cosa que nos toca enfrentar a todos) puede llegar a tornarse un gran enemigo para nuestro desarrollo espiritual y psíquico.

Cuando nos disponemos a vivir en la consciencia, enfrentamos duras pruebas y en casi todas ellas aparece la mente. Ya sea en el marco de lo material, racional o emocional, la mente es una constante. No olvidemos que al involucrarnos con nuestros pensamientos, generamos corrientes emocionales que se manifiestan en el cuerpo e impactan inevitablemente en nuestra realidad. Así aprendemos a utilizar la mente como una herramienta y a no identificarnos con aquellos pensamientos que nos dañan.

Nunca dejemos de contactar nuestro manantial interior, pues de él proviene el alimento del espíritu que es indispensable para vivir en un estado de gracia, paz y plenitud. Cada uno debe indagar en su corazón cual es el medio preciso y que pasos debe dar (a veces bien complejos). Podemos armonizarnos con naturaleza, meditación, servicio, oración, trabajo, arte… o simplemente tomando una concreta decisión ¡Hay tantas formas! ¿Pero qué dice tu corazón? Solo tú puedes descifrar el misterio de tu armonía y ejecutarlo.

Vigilemos para no caer en el exilio interior, aquel que nos deja pobres de espíritu y excedidos de frivolidad. Estate constantemente unido al presente, medio a través del cual experimentamos nuestro vínculo con la Vida… aquella vocera privilegiada de la Consciencia Universal.

Para terminar he de dejar algunas palabras, que pueden ayudarte a detectar cuando el «esclavo» quiere convertirse en «rey». Algunos aspectos inherentes a la mente que tenemos que aprender a detectar y trascender:

  • Mente es razón, cuando necesitas comprenderlo todo.
  • Mente es juicio, cuando calificas todo aquello que se te presenta.
  • Mente es pasado, cuando vives deprimido por lo que se fue.
  • Mente es ruido, cuando te aturde con sus reiterativos pensamientos.
  • Mente es futuro, cuando vives ansioso por lo que vendrá.
  • Mente es miedo, cuando te aterra con las peores posibilidades.
  • Mente es división, cuando nada te convence y dudas sin cesar.
  • Mente es fricción, cuando te niegas a aceptar la vida como es.
  • Mente es derroche, cuando te preocupas por lo que no tiene solución.
  • Mente es deseo, cuando piensas que con esto o aquello al fin serás feliz.
  • Mente es comparación, cuando te coloca frente a miles de ideales.
  • Mente es forma, cuando priorizas solamente apariencias.
  • Mente es ignorancia, cuando desconoces que al perjudicar te estás perjudicando.
  • Mente es prejuicio cuando juzgas pensando saber lo que otros experimentan.
  • Mente es ego, cuando te identificas con lo transitorio para olvidar lo eterno.
  • Mente es estancamiento, cuando por temor prefieres lo seguro y dejas de fluir.
  • Mente es soberbia, cuando dejas de aceptar que es muy poco lo que realmente sabes.
  • Mente es individualidad, cuando solo piensas en tí y olvidas que somos un todo interconectado.
  • Mente es posesión, cuando consideras tuyo lo que en realidad te ha sido dado.
  • Mente es todo aquello que te desconecta de la Vida, de lo que sucede en este preciso instante.

Paradojicamente el mecanismo mental nos brinda la posibilidad de experimentar la realidad material. Permite el desarrollo de ciertos aspectos como la creatividad, la percepción, la imaginación, el discernimiento y la sabiduría. Nos abre la puerta a indagar los misterios de la existencia, frente a los cuales el Universo mismo responde. Mucho de lo que percibimos pasa inevitablemente por su filtro y será nuestra responsabilidad el hecho de que se torne nuestra amiga o enemiga.

Diría que la vida es un gran camino de retorno a casa, a la simpleza original… como el punto que se encuentra a sí mismo, completando la totalidad del círculo. Este camino de retorno nos invita a trascender la mente, a desnutrir el deseo, a conectar el presente, a labrar el amor incondicional y el servicio altruista, a la aceptación de lo que nos toca, al desecho de excesiva información, al poder transformador de la actitud…entre otros puntos.

Así retornamos puros e intactos al estado original, mediante el cual podemos amar la vida tal cual es, sin filtros y con una actitud de absoluta totalidad.

Un gran abrazo de paz,

Sivael