Maduración

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Muchos de los aprendizajes humanos son como un fruto, maduran a su tiempo y caen. Una simple cuestión de ciclos. Nadie puede madurar a la ligera, simplemente podemos acompañar la maduración propia y ajena. Nuestras intenciones y palabras tienen el alcance de este proceso natural. Si la maduración aún no está completa, tus intenciones pasarán por desapercibidas y si la persona está pronta servirán de buena guía. Por esto una persona de amor, respeta los procesos propios y ajenos sin alterarse. Sabe que bajo ninguna circunstancia la experiencia puede ser forzada o los ciclos acelerados. Entiende que cada fruto le incumbe a su Árbol y que la eternidad no conoce el desespero. Dice lo que tiene que decir, acompaña y espera pacientemente. Evita hacer del andar un lugar tortuoso, pues comprende la causa matriz de todo aprendizaje. Simplemente respeta los ciclos, disfruta de ser lo que es y deja que los demás sean.

Sivael© 25/11/12