Frases del Caminante

"La vida desde otra perspectiva"

Mes: enero, 2015

Las Criaturas del Río

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El Maestro respondió y dijo:

«Una vez vivía un pueblo en el lecho de un gran río cristalino. La corriente del río se deslizaba sobre todos sus habitantes; jóvenes y ancianos, ricos y pobres, buenos y malos y la corriente seguía su camino ajena a todo lo que no fuera su propia esencia de cristal.

Cada criatura se aferraba como podía a las ramitas y rocas del lecho del río, porque su modo de vida consistía en aferrarse y porque desde la cuna todos habían aprendido a resistir la corriente. Pero al fin una criatura dijo: ‘Estoy harta de asirme, aunque no lo veo con mis propios ojos, confío en que la corriente sepa hacia donde va. Me soltaré y dejaré que me lleve a donde quiera. Si continúo inmovilizada, me moriré de hastío. Las otras criaturas rieron y exclamaron: ¡ Necia ! ¡Suéltate y la corriente que veneras te arrojará, revolcada y hecha pedazos contra las rocas, y morirás más rápidamente que de hastío! Pero la que había hablado en primer término no les hizo caso, y después de inhalar profundamente se soltó; inmediatamente la corriente la revolcó y la lanzó contra las rocas. Mas la criatura se empecinó en no volver a aferrarse, y entonces la corriente la alzó del fondo y ella no volvió a magullarse ni a lastimarse. Leer el resto de esta entrada »

7 Puntos para curar el alma (en estos tiempos)

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1) La Obediencia: Seamos obedientes a nuestro interior, pues atravesamos un ciclo determinante. El Universo nos pide un cambio y los patrones antiguos comienzan a derrumbarse. Nuestro interior nos empuja a una transformación en la conciencia. Cada uno sentirá que debe soltar, que debe cambiar, que debe transformar. Atender estos impulsos internos nos alinea con el Propósito Universal y a pesar del dolor nos vemos fuertes y sustentados -encontramos la paz-. Al no atender dichas señales, friccionamos con el Universo y nos degradamos, o mejor dicho sufrimos innecesariamente. Hemos de aprender por comprensión o por compulsión: Nosotros decidimos.

Hay dos caminos: La ilusión material o la libertad espiritual. En el primero sufrirás, en segundo te transformarás.

2) La Oración del Corazón: En tiempos de gran tribulación, purificación y desequilibrio, pocos consiguen mantener un estado de silencio interior. Muchos lo intentan, pero pocos logran la armonía necesaria. La oración nos ayuda a mantener  el hilo de conexión con lo Divino y a preparar nuestro refugio en el interior, donde nada externo nos puede afectar. Su poder es misterioso y eficaz cuando se realiza con el corazón. Muchos rechazan la oración por asociarla con determinados movimientos religiosos y se equivocan enormemente. La oración es la herramienta para estos tiempos, para pedir luz, para lograr paz, para no decaer en la inercia que consume a este mundo material. Pero hemos de recordar algo, la oración es ardua al principio y deleitante al final. Empieza por purificarnos, termina por elevarnos y sus frutos son producto dela persistencia. Su poder es muy misterioso y permite el descenso de la Gracia Divina. Tenemos que tornarnos humildes y confiantes, con urgencia.

Para estos tiempos no olvides esta divina herramienta. El Universo espera que le hables con el corazón. Se humilde! Pide luz! Pide guía! Pide ayuda! Él te escuchará.

3) La Renuncia al yo ( la personalidad) : En la dependencia de los objetos del placer nos tornamos esclavos de las fuerzas materiales y las pasiones. En la independencia de los objetos de los sentidos encontraremos la puerta de entrada para la fresca brisa del espíritu. Hemos de atender fines altruistas y conscientes, que nos ayuden a salir de nosotros mismos. Así estaremos curados del circulo vicioso de la mente, el egoismo y el deseo. Hemos de contactar nuestra esencia inmortal: servicio, naturaleza, silencio, oración, meditación, obras altruistas, arte, etc… olvidemos el yo y demos espacio al espíritu. Esto implica la verdadera libertad… librarse de uno mismo, caso contrario seguiremos siendo presos en aparente libertad.

Olvidándose de uno mismo, es que uno se encuentra.

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Deseo

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Sólo una cosa nos mata: el deseo
El deseo de esperar algo de la vida o de las personas.
El deseo de querer que todo sea diferente a lo que es.
El deseo de control frente a las situaciones.
El deseo de mantenerse en cierto punto.
El deseo de repetir experiencias.
El deseo de aferrarse a un objeto,
a una persona…
a una idea.

El deseo se esconde en la mente, revistiéndose en miles de formas.
Nos confunde y nos tienta a seguir el camino opuesto al corazón.
El deseo nace, vive y se reproduce en el «yo».
De él nace el sufrimiento, el miedo y la confusión.

Acepta lo que tienes, lo que eres, lo que viene..
…lo que Es.

Paz

Buda

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Un Buda ni siquiera desea ser un Buda, por eso es un Buda. Simplemente está vacío de deseos, expectativas y sueños. Nada espera de cuanto existe en el mundo. Blando como la arcilla… se deja moldear por la Realidad. Indiferente a las estructuras, conceptos y calificativos, no se compara. Sin preferencias, no aloja una idea de cuanto existe en este mundo. Inmutable frente a los resultados y la opinión ajena, ejecuta sin demora cualquier designio del Universo. Sabe que no podría ser más de lo que es y eso basta. Sabe que la meta está siempre bajo sus pies, por eso nunca tiene prisa.  Las flechas no lo hieren… pues no encuentran que perforar. Las miradas no le llegan, pues su fulgor se reviste de ordinario. Su sacrificio es tal… que siembra flores al otro lado del mundo.

Un Buda no existe para sí, por eso Todo existe para él.

Paz.

Suelta

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La vida está llena de regalos, bellezas que podemos experimentar y disfrutar, pero que no podemos retener.  Quienes saben amar la vida y deleitar el alma, no se aferran. Así pueden hacerse de todas las cosas. Cuando nos aferramos a algo, un estado, un momento, una idea, un objeto, una persona, etc… dejamos de fluir con una porción de la Existencia. ¿Por qué? porque la vida es cambio constante, renovación infinita, misterio insondable…

Hemos de saber que en esta vida todo está de paso, que nada nos pertenece y que realmente todo nos ha sido dado. Si queremos amarnos y protegernos, hemos de  limpiarnos. ¿Limpiarnos de qué? De esperas, deseos y expectativas. Amar la vida como es.  Esta es la mayor oferta que podemos hacer al Universo. Entregar nuestra propia voluntad, para vibrar con la Gran Voluntad. Obrar abnegadamente para Dios, sin pretensiones o esperas en base a resultados.  Así podremos amar la Vida tal cual es; en plena Unidad y sin caer en vanos sufrimientos.

Sucede un hermoso atardecer… ¿Cómo vas a retenerlo? Conociste una hermosa persona… ¿Cómo vas a retenerla? Sucede una inmensa plenitud… ¿Cómo vas a retenerla? Las cosas mueren por qué no las sabemos soltar a tiempo, ni las dejamos ser tal cual son. Todo viene a enseñarnos algo, cumple su misión y se retira. Leer el resto de esta entrada »