Conducta

por Savitri

Una adecuada conducta es esencial para el correcto equilibrio del ser. Lejos de una visión imperativa, aquello que hacemos de nuestras vidas repercute inmensamente en el aspecto cualitativo de nuestra realidad. Los referentes espirituales más grandes siempre hicieron hincapié en el tema de la conducta. ¿Por qué será esto? Si retrocedemos en tiempo, observamos grandes manifestaciones al respecto: el noble óctuple sendero de buda, los mandamientos de occidente, los vedas en la india, la filosofía del yoga, los pueblos originarios de latino América, etc. Todos apuntan a una adecuada conducta basada en pilares como la verdad, las obras de bien y los hábitos saludables.

Una buena conducta no solo gesta causas elevadas (que retribuyen efectos elevados), sino que armoniza el cuerpo y la mente con nuestro aspecto superior. Como ya expliqué en artículos anteriores, muchos intentan mejorar primero mediante técnicas, métodos, prácticas, etc. pero mantienen conductas inadecuadas y esto hace que nuestros pesares sigan permanentemente afectándonos. Lo primero y principal es una conducta armoniosa, luego las técnicas, métodos, etc servirán para mantener nuestro semblante en altos rangos vibratorios.

¿Qué entendemos por una adecuada conducta?

Lejos de generar un extremo idealismo, los siguientes puntos nos describen muy resumidamente algunos de los aspectos a tener en cuenta. Lo importante no es cumplirlos a rajatabla, sino atenderlos con amor y dejando lo máximo de nosotros mismos. Cada quien tiene un indicador interno, hemos de escucharle y dejar lo mejor de nosotros.

  • Escuchar nuestro interior: Esto se refiere a ser consecuentes con lo que sentimos y a escuchar al corazón para no perder la paz interior. No puede haber paz mintiéndose a uno mismo y debemos dar los pasos necesarios para nuestra correcta evolución.
  • Contacto interior: El alimento espiritual es fundamental para la plenitud del día a día. Meditación, oración, mantras, silencio, naturaleza, alabanzas, cánticos, arte, obras ofertadas a lo alto, son actividades que nos conectan con lo Supremo. Tenemos que buscar nuestra forma y momento, todos los días por más mínimo que sea.
  • Disciplina subjetiva: No atender emociones o pensamientos negativos que se relacionen con la violencia, el odio, el miedo y el egoísmo. Alimentar pensamientos y emociones de carácter positivo, abarcantes, amorosos, fraternos y que aporten al bienestar común del todo. Nadie está exento del aspecto negativo y podemos ser conscientes de ello, pero aquí el trabajo es trascenderlo, superarlo o simplemente no atenderlo.
  • Respetar la vida: respetar toda forma de vida y valorar la propia. Aquí la salud juega un rol fundamental, como una buena alimentación, ejercicio, frecuentar lugares naturales, la respiración, etc. Evitando todo aquello que es destructivo para la vida ajena y personal.
  • Virtudes: Obrar en base al amor, las buenas obras, el servicio, la verdad, la unidad, la humildad, el cuidado del planeta, sustentarse de un modo honesto y no nocivo para los demás seres vivientes, entre otros. Abstenerse de robar, de engañar, de manipular, de exaltarse y de todas las obras inmorales para con nuestros hermanos.
  • Uso consciente de la energía: El adecuado uso de los recursos, el dinero, la palabra, el trabajo, el ocio, el descanso, la sexualidad, el poder, los placeres, entre otros. Ser moderados y equilibrados en el uso de cualquier energía.
  • Los entornos y juntas: los entornos que frecuentamos y las personas tienen un gran impacto en el aspecto cualitativo de nuestra naturaleza. Hemos de cuidar este aspecto, pues los humanos somos sumamente permeables a lo que frecuentamos.

Esto es un simple resumen que se complementa con aquello que sentimos en nuestro interior, cada quien debe buscar su propia armonía sintiendo lo que dicta el corazón.

De lo ideal a lo real

Está claro que esto no tiene como objetivo generar un ideal que nos haga sentir culpables el tiempo entero o que nos lleve a una especie de autoflagelación. Esto debe ser tomado con la madurez de consciencia necesaria, para comprender que estamos regidos por Leyes Universales y bajo la ley de causa/efecto toda inconsciencia trae como resultado sufrimiento. Desde este punto de madurez interior, la conducta pasa a ser un alegre «estilo de vida» que nos mantiene en armonía y nos permite contactar esferas superiores. Así mismo nos damos cuenta que toda negligencia es un camino directo al sufrimiento. Por eso lo realmente importante es que dentro de tus posibilidades reales (porque a veces sacamos ventajas de esto) y sincerándose contigo mismo, des lo mejor.

Puedes tener enormes barreras para lograr una adecuada conducta, pero lo importante es que des lo máximo de tí, que no bajes los brazos y que lo lleves al ejemplo. El Cielo ve a quien se esfuerza, del mismo modo que sucede en clases… un buen profesor se regocija más en un alumno que se esfuerza, se dedica y trabaja, que en un alumno brillante que se aprovecha de su capacidad para llevar la materia al día.

Comprendamos que una buena conducta se forja día a día y con mucho trabajo. Como dice Silvio Rodriguez en una de sus canciones «Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida». Mucho del sufrimiento actual de la humanidad es producto de haber descuidado este importante aspecto.

Hemos de entender que esto no se trata de ser perfectos, no es cosa de egos… se trata de ser humildes para aceptarnos como somos y desde ahí forjar los mejores aspectos de nuestro ser.

Demos lo máximo con el corazón y ejemplo, allí nuestro trabajo estará hecho.  

Un saludo de paz,

S. 21/3/14